Ruibarbo? Pero eso no es un pescado, no, eso es el barbo.
Esta pregunta me la hicieron el día que cociné esta tarta. El ruibarbo aparece como ingrediente en muchas recetas de postres británicos y centro europeos, alemanes, sobretodo. Imposible de encontrar en las fruterías de mi zona me había olvidado, pero mi cuñada Pilar, que vive en Madrid me trajo un poco la última vez que vino a Galicia. Investigando he descubierto que solo es comestible el tallo, que se parece al del apio pero rojo. Sus raíces y sus hojas son tóxicas.
No tenía mucho ruibarbo, así que en vez de una tarta me he decidido por un crumble. Exquisito.
- 600 gr de ruibarbo limpio.
- 3 cucharadas de agua.
- 50 gr. de azúcar.
- 200 gr. de harina.
- 100 de mantequilla fría, no durísima.
- 125 gr. de azúcar moreno.
Elaboración
Limpiar bien el ruibarbo, quitándole todos los hilos que tiene, es muy fácil, se hace una muesca con el cuchillo y se va tirando, o con un pelador.
Cuando esté limpio se corta en trocitos como de dos dedos de grosor y se ponen en una fuente de horno engrasada, la fuente no muy grande, espolvorear con el azúcar blanco y añadir el agua.
En un bol a parte se mezcla la harina con el azúcar moreno, se añade la mantequilla a daditos, y se mezcla con los dedos hasta tener una textura como de migas, se cubre el ruibarbo con esta mezcla y se hornea a 180º unos 40 minutos. El ruibarbo suelta jugo, así que recomiendo poner una fuente o papel de aluminio en la rejilla, just in case ( por si a caso).
Servir caliente, templado o frío, al gusto, para mi templado y con helado de vainilla, por favor.